Creo que es absolutamente necesario

«Creo que es absolutamente necesario... y no solo una recomendación»

 

Desempeño una doble función en el hospital; por un lado soy el jefe del Departamento de Cirugía Maxilofacial en el hospital San Filippo Neri de Roma y, por el otro, colaboro con la organización internacional Operation Smile para tratar a niños en todo el mundo que han nacido con malformaciones faciales, como labio leporino y fisura palatina. 


En Italia, Operation Smile ha elaborado un programa denominado Smile House: una red de centros (Roma, Milán, Vicenza, Ancona, Cagliari y Taranto) donde los niños afectados por hendiduras y otras malformaciones faciales reciben tratamiento
en asociación con el sistema de atención sanitaria regional, desde el diagnóstico (prenatal o neonatal) hasta el final del crecimiento. También soy el director de Smile House Roma, que tiene su sede en el hospital San Filippo Neri donde trabajo. 

 

Junto con mi equipo practicamos intervenciones quirúrgicas dos veces por quirófano y por semana, lo que se traduce en aproximadamente 700 intervenciones al año y un mínimo de 70 intervenciones al mes. 

 

La COVID-19 ha tenido una repercusión doble en Italia. La primera ola golpeó al país entre febrero y junio y provocó una verdadera situación de emergencia que continuó con la llegada de la segunda ola en enero de 2021. El hospital no participó directamente en la primera ola, en la que se atendió únicamente a la segunda fila de urgencias, y no se recibieron más de 20-25 casos de COVID, por lo que la presión hospitalaria no fue tan intensa. Aun así se nos obligó a dejar de realizar intervenciones programadas. A finales de octubre de 2020, el hospital dejó de realizar intervenciones programadas y continuó funcionando únicamente para urgencias, lo que se tradujo en la realización de intervenciones únicamente en casos de traumatismos o de tumores muy graves.  

 

Con la emergencia de la COVID, tuvimos que rediseñar completamente el sistema para acceder al ambulatorio y al quirófano. Especialmente durante la primera ola, todos los pacientes se consideraban de riesgo y tenían que someterse a pruebas para garantizar la máxima protección de todas las personas del hospital. El reto pendiente es cómo proteger a pacientes, padres y personal médico durante el plan asistencial completo desde el ambulatorio hasta el quirófano, e incluso fuera del hospital. Como colaborador de la organización internacional Operation Smile, participé de manera intensiva en la búsqueda de soluciones que reactivaran las intervenciones.

 

En aquel momento, la comunidad mundial se vio gravemente afectada y, tanto en Italia como en otros 70 países, se obligó a los médicos a detener las intervenciones programadas. 

 

La principal repercusión se basa en la pregunta clave «¿Cómo protegemos a toda la comunidad implicada en el tratamiento de pacientes con malformaciones faciales y a cualquier otro paciente que necesite cirugía maxilofacial?». 

 

¿De qué formas ha afectado la Covid-19 a la cantidad de intervenciones que realiza? 

El hospital estaba muy bien preparado para afrontar la segunda ola de la emergencia sanitaria y, por ese motivo, seguimos realizando intervenciones programadas desde finales de octubre. Al comienzo de la segunda ola, el hospital se había convertido completamente en un hospital COVID que se centraba especialmente en encontrar diferentes soluciones para seguir realizando intervenciones programadas. 

La mayoría de las intervenciones se trasladó a clínicas privadas con un compromiso con el sistema sanitario público y esto permitió que tanto yo como mi equipo recibiéramos pacientes dentro de un plan asistencial seguro que garantizaba la misma calidad y el mismo tipo de tratamiento. En resumen, se trataba de organizar sesiones separadas de cirugía fuera del hospital en una clínica privada.

En mi opinión, entre los 6 y 12 próximos meses, el reto principal será el modo de reanudar las intervenciones y de organizar los espacios en los quirófanos y las clínicas. Por desgracia, en nuestro hospital la lista de espera ha aumentado considerablemente entre la primera y la segunda ola. Hemos encontrado una solución temporal con el traslado de pacientes desde los hospitales hasta clínicas privadas para esas intervenciones que deben tratarse a tiempo y como tratamiento principal de malformaciones faciales, traumatismos o tumores. 

No hemos detenido los servicios clínicos ni las consultas y seguiremos recibiendo pacientes de otros hospitales y zonas. Esto se traduce en que la lista de espera aumenta cada vez más con una tensión considerable sobre la capacidad para revisar la lista y controlar a todos los pacientes. 

 

¿Cuál es la recomendación del hospital en relación con el uso de equipo de protección individual debido a la COVID-19?

 

Seguimos las mismas reglas que se aplican al resto de hospitales. Sin embargo, incluso antes de la pandemia de COVID 19, solíamos usar EPI para padres de pacientes y personal médico. El riesgo de contagio, especialmente al atender a niños, es extremadamente elevado. La protección es clave y se le otorga la máxima importancia, no solo en la organización Operation Smile, sino también en el Departamento Maxilofacial del hospital.

Incluso antes de la COVID-19, ya era una norma general dentro del hospital garantizar que se comprobaban periódicamente las condiciones generales de salud y todo el personal tenía que usar mascarilla, especialmente cuando se tenía contacto con algún niño. Aún no era obligatorio usar mascarilla cuando solo se visitaba a un paciente durante unos segundos. 

Actualmente, todos el personal presente en el hospital debe usar una mascarilla FFP2 en todo momento. Los cirujanos y el personal de enfermería que entran en el hospital tienen que someterse a un examen y protegerse, al igual que todos los pacientes. El hospital es muy estricto y ha implementado numerosos procedimientos y procesos para reducir el riesgo de contagio además del uso obligatorio de EPI.

Obviamente, un cirujano maxilofacial debe poder examinar la cara por lo que es necesario retirar la mascarilla del paciente. En consecuencia, desde el brote de la epidemia, se ha dedicado una mayor atención a la protección del personal ya que ahora es más necesaria que nunca. Resulta muy difícil determinar el riesgo real de cualquier paciente nuevo que llega del exterior. ¿Ha venido el paciente en tren o en el metro? ¿Qué antigüedad tiene la mascarilla que usa? Cuando los pacientes llegan a un hospital a través del ambulatorio, estos tipos de preguntas son tanto fáciles como difíciles de responder. En los casos en los que los pacientes llegan directamente a través del quirófano, es obligatorio que se sometan a una prueba molecular corriente de COVID-19. Cuando un paciente llega a través del ambulatorio, la única referencia es una sencilla prueba de la temperatura corporal. Si el paciente llega sin presentar síntomas, sencillamente no es posible conocer el riesgo real de contagio. 

Conforme a mi recomendación, el hospital implementará una normativa adicional aplicable a cualquier tipo de actividad organizada dedicada a los niños en cualquier clínica privada con la que estemos colaborando actualmente. Cada persona implicada, lo que incluye a padres, niños y cualquier personal sanitario, debe someterse a una prueba antes de acceder al hospital. Esto es obligatorio e incluye a toda persona que tenga que acceder al hospital, incluso si tan solo desea entregar algo del exterior. A tal fin, la disponibilidad de la nueva prueba rápida ha demostrado ser muy positiva y nos permite tener una buena orientación sobre el riesgo que debemos asumir.

La prueba molecular corriente de COVID-19 seguirá siendo obligatoria para los pacientes. Especialmente en el caso de los niños, el riesgo de anestesiología es muy elevado si el resultado de la prueba es positivo. Una prueba rápida no es suficiente para mis pacientes. En cualquier caso, en el quirófano se dispondrá de medios de seguridad bajo la premisa de que todos los pacientes han obtenido resultados positivos y se implementará un nivel máximo de protección.

En los casos de traumatismo, los pacientes se someterán a una prueba molecular relativa de COVID-19, que se realizará cuando lleguen por una urgencia. En cualquier caso, mi firme recomendación es que todo el personal sanitario considere a todos
los pacientes como si tuvieran resultados positivos y que utilicen el EPI según la recomendación. Aunque el EPI con casco no es un dispositivo respiratorio, recomendamos su uso como elemento adicional.

En general, aunque ya cuente con la vacunación de COVID y pueda considerarme más o menos protegido contra el contagio durante los próximos seis meses, tanto yo como mis compañeros tenemos que tener en cuenta no solo la COVID sino también cualquier tipo de posible infección futura.
Algo ha cambiado y es necesario que cambiemos nuestra percepción de los riesgos. Insisto firmemente en que tenemos que cambiar nuestra conducta para el futuro si queremos evitar que la COVID o cualquier otro tipo de infección se convierta en un problema para pacientes o personal. El surgimiento de la infección por COVID nos ha impuesto a todos un cambio de mentalidad que se ha convertido en una necesidad absoluta.

Este factor cobra una mayor importancia si se tiene en cuenta la actividad humanitaria que realizamos en todo el mundo. En una misión normal como las que Operation Smile ha organizado en el pasado, podíamos atender a 2.000 personas en una misma zona pequeña, realizando pruebas de detección a pacientes y su riesgo de contagio. Actualmente eso es sencillamente imposible. Del mismo modo, es imposible plantearse paralizar las intervenciones.

Estamos trabajando por encontrar una solución que aumente la posibilidad de establecer un plan asistencial seguro para todos esos pacientes. El plan asistencial tiene que cambiar radicalmente, no solo en cuanto al planteamiento del uso del EPI, sino también en su conjunto ya que tiene que rediseñarse por completo. Esto es especialmente importante si tenemos en cuenta que para las actividades de Operation Smile se reúnen cirujanos de diferentes partes del mundo. Si no estás bien protegido, existe un enorme riesgo de que propagues las infecciones por todo el mundo. Por este motivo, desde el pasado marzo, Operation Smile International tuvo que detener la actividad en más de 70 países. Por desgracia, esto supuso la pérdida de unos 10.000 niños en 2020. Diez mil niños a los que no pudimos tratar ni ayudar. Cuesta imaginar lo que supone que 10.000 niños no hayan podido recibir la atención adecuada a tiempo.

Es una situación extremadamente triste para nuestros pacientes.

Desde marzo de 2020, empezamos a organizar reuniones con otros compañeros. Juntos hemos creado un grupo de trabajo y un manual de normas de atención post COVID. Estamos difundiendo nuestra experiencia de lo que hicimos aquí en Italia para compartirla con numerosos países diferentes. Todos mis compañeros están adoptando las mismas reglas y normas que seguimos aquí para proteger a pacientes, padres y personal. En algunos países están reanudando los procedimientos con la aplicación de normas adicionales que incluyen algunas de nuestras sugerencias, como no usar la mascarilla solo en situaciones específicas, sino también emplear el EPI con casco y los tipos adicionales de protección para el personal.

En la especialidad de cirugía maxilofacial, normalmente usamos instrumentos que promueven el medio que conlleva el principal riesgo de contagio: el aerosol. Los aerosoles se producen al utilizar taladros, electrocauterización y otros métodos. En general, usamos los taladros no solo en el quirófano sino también en el ambulatorio. Por este motivo, en el ambulatorio, ahora es obligatorio usar una protección específica para evitar que el personal entre en contacto directo con el aerosol. El riesgo es muy elevado. Esta protección es igualmente importante incluso para el anestesista ya que
en el momento de la intubación es cuando hay mayor proximidad del personal con la boca de los pacientes, que están respirando sin control. Los anestesistas tienen un mayor riesgo de contagio especialmente en casos de pacientes de urgencias.

   

¿Tiene conocimiento de alguna directriz de la comunidad maxilofacial relativa al uso de equipo de protección individual antes de la COVID-19? ¿Cómo han cambiado estas directrices debido a la COVID-19?

En la comunidad maxilofacial no existe ninguna directriz específica. Sin embargo, hemos redactado un manual para cualquier personal sanitario que participe en actividad quirúrgica con la organización Operation Smile. Este manual es básicamente una lista completa de todas las normativas que debe seguir todo el personal. Cualquier tipo de actividad con niños y otros pacientes que se sometan a cirugía con nuestra organización solo se podrá realizar en el caso de que se cumplan todas estas normativas.

Somos muy estrictos en su cumplimiento. Nuestra comunidad científica en Operation Smile las redacta y actualiza cada dos años para garantizar que todo el mundo cumple las mismas normativas, tiene los mismos objetivos y utiliza la misma forma de proceder durante este tipo de cirugía.

También formo parte de la European Association of Maxillofacial Surgeons (asociación europea de cirujanos maxilofaciales) y soy miembro de la Italian Board of Maxillofacial Surgeons (consejo italiano de cirujanos maxilofaciales). Estas organizaciones tampoco cuentan con ninguna normativa específica establecida. Hay varios grupos que realizan sugerencias sobre cómo seguir las nuevas disposiciones postpandemia, pero no se comparte ninguna normativa específica con toda la comunidad.

¿Cuándo empezó a familiarizarse con el equipo de protección individual con casco?

Mi primera experiencia con un equipo de protección individual con casco fue cuando utilicé uno en mi propio quirófano mientras lo compartía con un par de nuestros cirujanos ortopédicos. En un principio pensaba que el equipo de protección individual podía proteger de los aerosoles aunque ahora sé que no es así ya que no es un dispositivo respiratorio.

¿Cómo ha cambiado su opinión sobre los sistemas de equipos de protección individual con casco desde que ha empezado a usarlos? 

En mi opinión, el equipo de protección individual con casco resulta sumamente útil ya que ofrece una pantalla amplia y es realmente cómodo. La sensación que tienes es como si en realidad no estuvieras usando ningún casco. Es muy cómodo y fácil de aplicar a mis necesidades específicas. Realmente creo que el equipo con casco es una estupenda opción de protección individual. 

¿Con qué frecuencia utiliza equipo de protección individual con casco y para qué tipo de procedimientos?

Actualmente usamos el equipo con casco para todas las cirugías ortognáticas, todos los traumatismos y todas las malformaciones craneofaciales. También lo utilizo cada vez que uso un taladro o considero que es necesario usar electrocauterización, tanto durante un periodo corto como largo, en intervenciones de mayor o menor duración. En total, usamos el equipo de protección individual con casco en el 80 % de nuestros casos. El uso de equipo de protección individual con casco se ha convertido en un procedimiento obligatorio en nuestro hospital.

¿Utiliza el equipo de protección individual con casco junto con otros tipos de equipo de protección personal? Por ejemplo, mascarillas FFP2 o FFP3. Sabemos que es una regla general en el hospital el uso de mascarillas FFP2, no solo en el quirófano. ¿Hay algo más? ¿Algún otro requisito?

Cuando utilizo el equipo de protección individual con casco, suelo utilizar una mascarilla quirúrgica debajo. Tanto si usamos un EPI con casco como si no, sigue siendo obligatorio usar FFP2. La FFP2 es un sistema de protección bidireccional, que garantiza que nos protegemos a nosotros mismos y al resto de personas. 

¿Qué tipo de protección espera del equipo de protección individual con casco?

Cuando pienso en el equipo con casco, espero una protección máxima de barrera contra líquidos. Realmente creo que el equipo de protección individual con casco debe ser el estándar del futuro. 

¿Cuál fue su primera impresión cuando empezó a usar el equipo de protección individual con casco? ¿Ha cambiado esa percepción con el tiempo? ¿Cómo se siente actualmente cuando utiliza equipo de protección individual con casco?

Cuando empezamos a usar equipo de protección individual con casco nos preocupaba llevar algo sobre nuestras cabezas, si bien normalmente estamos acostumbrados a usar linternas frontales, gafas con luces y otro equipo.

La amplia pantalla es muy transparente y muy, muy luminosa. El casco nunca se me ha empañado ni por dentro ni por fuera, lo cual es fantástico.

Otro aspecto que me preocupaba era el relacionado con la respiración y la temperatura dentro del casco. En ocasiones en el quirófano, sudamos incluso sin usar un casco. Aunque sinceramente, creo que en realidad es mucho más cómodo usar el equipo de protección individual con casco. Ofrece ventilación continua y regulación de temperatura en el interior.

Me siento sumamente cómodo usando el equipo de protección individual con casco.

En mi opinión, que coincide con la de mi hospital, el uso de equipo de protección individual con casco no es una recomendación... en mi departamento es algo obligatorio.

En el hospital, es obligatorio usar equipo de protección individual con casco. Sin él, no se puede realizar cirugía maxilofacial. Incluso si se trata de una extracción dental en el ambulatorio, el uso de equipo de protección individual con casco es obligatorio no solo para los cirujanos sino también para el personal de enfermería. Si no lo usan, no daré mi autorización para la intervención. 

¿Cuáles son sus expectativas sobre el uso del equipo de protección individual después de la pandemia de COVID-19?

Como he mencionado anteriormente, creo que el uso de equipo de protección individual debe ser algo obligatorio porque nunca se sabe a qué tipo de infección te puedes enfrentar. Debemos aprender de nuestra experiencia con la pandemia de COVID-19. No se trata solo de cómo protegernos de la COVID, sino de protegernos frente a cualquier tipo de riesgo de contagio. Tanto si utiliza un equipo de protección con casco como si no, nada cambia para el cirujano. Me siento cómodo y solo necesito un par de minutos para ponérmelo y empezar a usarlo. La oposición a su uso me recuerda a cuando, por ejemplo, se volvió obligatorio ponerse el cinturón en los coches o un tipo diferente de casco al montar en moto. En ese momento, nadie quería adoptar esa medida, nadie quería ponérselo, pero actualmente… no solo es
obligatorio, sino que nadie se imagina no usarlo.

Si miramos atrás hace 20 años, nadie usaba ni siquiera mascarillas quirúrgicas en el quirófano o se la ponían bajo la nariz. Estos estándares y nuestros hábitos en ese aspecto también han cambiado. Todo es cuestión de cambiar los hábitos. Si no cambiamos nuestros hábitos, la situación seguirá igual y el riesgo no desaparecerá nunca.

¿Cuáles son sus expectativas actuales sobre el uso del equipo de protección individual en su comunidad de cirugía maxilofacial después de la COVID-19? ¿Cambiarán los hábitos del cirujano?


El desafío con la comunidad es garantizar que el cambio se perciba como algo positivo. Por ejemplo, puedo controlar la red relacionada con Smile House porque Smile House es un proyecto que estamos desarrollando aquí en Italia. Todo se reduce a establecer un compromiso entre el hospital, un hospital público y Operation Smile. Dentro de la red tenemos la capacidad de compartir e implementar normativas comunes que nos permitan proteger todo el plan asistencial. En el futuro, estos serán los estándares de la comunidad mundial de Operation Smile.

¿Piden a menudo los pacientes que el equipo quirúrgico utilice equipo de protección individual para crear una barrera que también les proteja?

No, no es algo que los pacientes pidan habitualmente. En el quirófano, los pacientes no me ven antes de la cirugía porque están bajo los efectos de la anestesia. Por el contrario, los pacientes me ven a mí y al resto de personal en los servicios ambulatorios donde, tras una pequeña sorpresa inicial, se alegran mucho de saber que adoptamos medidas de protección tan importantes.  

En el ambulatorio, si los pacientes no lo preguntan, sin duda se trata de una cuestión que puede abordar uno mismo ya que las reacciones siempre son positivas.

¿Informa normalmente a sus pacientes sobre el equipo de protección individual que usted y su equipo médico utilizan durante las intervenciones?

En la práctica privada, es normal compartir la lista de equipo de protección individual que usamos así como abordar las normas generales que adoptamos en relación con la prevención de riesgos de contagio. Los pacientes realmente lo agradecen. Se sienten más cómodos y seguros con esta información.

Todos los pacientes, mis amigos más antiguos y el resto de personas que han visto imágenes mías con el equipo de protección individual con casco se quedan muy sorprendidos al principio. Todos son muy
conscientes del hecho de que siempre buscamos adoptar la mejor protección para los pacientes y el personal, pero la primera vez que lo ven les resulta algo extraño. Sin embargo, las reacciones han sido sumamente positivas. Les alegra comprobar que siempre estamos investigando cómo usar protección específica porque cuando únicamente sigues las normativas generales, se crea la sensación de que te limitas a cumplir la ley. Sin embargo, si haces algo más para velar por tu protección personal y la de tus pacientes, todo el mundo lo agradece de verdad.

Tanto para mí como para mi equipo, la realización de nuestras actividades no tiene sentido si no cuidamos de nuestros pacientes. 

 

Dr. Domenico Scopelliti - Director de la Unidad Organizativa de Cirugía Maxilofacial 

 

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Sin embargo, si haces algo más para velar por tu protección personal y la de tus pacientes, todo el mundo lo agradece de verdad. 

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- Dr. Scopelliti - 

Director de la Unidad Organizativa de Cirugía Maxilofacial

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Avisos legales:

1) Los productos de EPI Flyte no están autorizados como productos de protección respiratoria. La directriz del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades sobre la protección respiratoria establece el uso de una mascarilla FFP3 para el personal médico que realice procedimientos que generan aerosoles.

2) El Dr. Scopelliti es un asesor remunerado de Stryker. Sin embargo, las opiniones expresadas en este documento son las opiniones del Dr. Scopelliti y no representan necesariamente a Stryker. Las experiencias individuales pueden variar.

3) Esta información está destinada exclusivamente para su uso por parte de profesionales sanitarios. El profesional sanitario siempre debe confiar en su propio criterio clínico profesional al decidir si va a utilizar un producto concreto en el tratamiento de un paciente determinado. Stryker no ofrece asesoramiento médico y recomienda que los profesionales sanitarios se formen en el uso de los productos específicos antes de su uso quirúrgico. La información que se presenta en este folleto va dirigida a hacer una demostración de la amplia gama de productos que ofrece Stryker. El profesional sanitario siempre debe consultar el folleto del envase, la etiqueta del producto y/o las instrucciones de uso antes de utilizar cualquier producto de Stryker.

Todas las opiniones expresadas en este artículo pertenecen única y exclusivamente al Dr. Scopelliti y no representan las de Stryker.